
Levanto la taza y tomo el primer sorbo. Cierro los ojos para poder disfrutarlo más. Abro los ojos al tiempo en que la taza sigue inclinada y sobre mis labios. En el fondo, me observo. Esperando no reconocerme. Identificandome detalladamente, en cada sorbo, en
cada gesto al volver la taza a su posición horizontal hasta dejarla inmovilnuevamente sobre la mesa.